El Mensaje

El Mensaje - Las Palabras Radicales de Jesús



26. Cambien su forma de pensar y actuar, y crean el mensaje importante que les traigo. Ha llegado el tiempo. El Reino de Dios se ha acercado a ustedes. ¡Vuelvan a Dios y crean mi mensaje!

27. ¿Quién de ustedes, teniendo cien ovejas y perdiendo una, no deja pastar con seguridad las otras noventa y nueve y va a buscar la que se perdió? Cuando encuentra la oveja perdida, la carga sobre sus hombros con un corazón lleno de alegría. En el camino a su casa llama a sus amigos y vecinos diciendo: «Festejen conmigo. He encontrado la oveja que estaba perdida».

28. Les digo esta verdad: hay más gozo en el Cielo sobre uno que se arrepiente que sobre noventa y nueve personas justas que no necesitan volver a Dios. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores para que vuelvan a Dios; porque los que están saludables no necesitan médico, sino aquellos que están enfermos.

29. ¿Quién de ustedes, teniendo diez artículos de gran valor y perdiendo uno, no enciende una luz, barre la casa y busca diligentemente hasta encontrarlo? Cuando finalmente lo encuentra, llama y reúne a sus amigos y vecinos diciendo: «¡Alégrense conmigo, pues he encontrado lo que había perdido!». De la misma manera, les digo que hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios cada vez que un pecador se arrepiente.

30. Un día, un religioso me invitó a su casa y llegó una mujer pecaminosa. El religioso no me dio agua para mis pies, pero la mujer cayó a mis pies llorando y regó mis pies con sus lágrimas y los secó con su pelo. El religioso ni me saludó con un beso, pero la mujer no dejó de besar mis pies. Él no me ofreció nada para mejorar mi presentación, pero ella vertió perfume caro sobre mis pies. Y aunque la mujer había pecado mucho, sus pecados le fueron perdonados, porque amó mucho. Ahora en todo el mundo donde mi mensaje ha llegado se ha conocido lo que hizo esa mujer.

31. Escuchen esto: Dos hombres entraron al templo a orar; uno era religioso y tenía la confianza de ser una persona justa, el otro era una persona que se dedicaba a un oficio deshonesto. El religioso oró en voz alta: «Gracias, Dios, que no soy un pecador como todos los demás. No soy ladrón, injusto, adúltero ni aun como ese otro hombre deshonesto. Ayuno dos veces a la semana y doy diezmos de todo lo que gano a la iglesia».

32. Pero el otro hombre se quedaba lejos y ni siquiera se atrevía a levantar sus ojos al cielo. En vez, se golpeaba el pecho y decía: «Dios, soy un pecador; por favor, ten misericordia de mí». Les digo que este hombre, y no el religioso, retornó a su casa justificado por Dios. Porque aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, mientras que los que se humillan serán honrados.

33. ¿Piensan ustedes que aquellos terroristas que terminaron siendo asesinados cruelmente por el gobierno eran más pecadores que el resto de la sociedad? Les digo que no; y salvo que se arrepientan y vuelvan a Dios, ustedes también perecerán.

34. Y aquellos sobre los que cayó una torre y los mató, ¿piensan que eran más culpables que todas las demás personas? Les aseguro que no; pero si ustedes no se arrepienten, ustedes mismos perecerán al igual que ellos.

35. Consideren esto: Hombres malignos y prostitutas entran al Reino Celestial antes que algunos de ustedes. Ellos han oído el llamado al arrepentimiento y se han vuelto a Dios. Algunos de ustedes al contrario, han oído la llamada y han vuelto la espalda.

36. Un hombre que tenía dos hijos le dijo a uno: «Hijo, ve a trabajar hoy en mi viña». El hijo le contestó: «No lo haré», pero luego cambió de parecer, fue y trabajó. Después el padre le dijo al otro: «Ve tú también al campo a trabajar». Él inmediatamente contestó: «Sí, Señor, iré», pero no movió ni un pie para ir a trabajar. Ahora, ¿cuál de estos dos hijos hizo la voluntad de su padre?

37. Por eso les digo, entren por la puerta angosta, porque ancho es el sendero y espacioso es el camino destructivo y muchos van por allí. Pero angosta es la puerta y angosto es el camino que lleva a la vida, y hay pocos que la encuentran. Así que, pongan todo su esfuerzo para entrar por la puerta angosta que lleva a la vida, porque muchos desearán entrar después y no podrán.

38. La gente adúltera e incrédula clama por una señal. Pero no se le dará otra señal, sino aquella del profeta Jonás. Él estuvo por tres días y tres noches dentro del gran pez. Así también fui sepultado yo, tres días y tres noches en la tierra. Porque así como Jonás fue señal a los ninivitas, también lo soy yo a esta generación.

39. Verdaderamente, vendrá un día cuando los habitantes de Nínive se levantarán en juicio contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron al escuchar la predicación de Jonás, y ahora uno mayor que Jonás les está hablando. La Reina del Sur se levantará también en juicio contra esta generación y la condenará; porque ella viajó una gran distancia para escuchar la sabiduría de Salomón, y ¡miren, una sabiduría mayor que la de Salomón ha llegado!

40. ¡Oh gente perversa e incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? ¡Si me buscan tarde morirán en sus pecados! ¡Les aseguro que donde yo estoy, no podrán venir!

41.Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Así que, tómalo en serio y arrepiéntete, o mis palabras te cortarán como una espada.

Referencias:
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