La mayor parte de las profecías de la Biblia que son sobre el fin del mundo provienen de los escritos del profeta hebreo Daniel y del Apocalipsis, un libro escrito por un hombre llamado Juan. Juan fue uno de los primeros doce apóstoles (los seguidores más íntimos de Jesucristo). A causa de sus creencias, fue enviado a vivir como un exiliado en una isla, donde finalmente murió. Pero antes de morir, su "Apocalipsis" fue sacado de contrabando y distribuido entre los cristianos de todo esa parte del mundo.

El Apocalipsis ha intrigado y desconcertado a la gente durante siglos. Está tan lleno de símbolos y alegorías que la mayoría de la gente simplemente abandona sus esfuerzos de entenderlo, después de hacer uno o dos intentos.

Aquí damos dos consejos que podrían hacer tu trabajo de entenderlo más fácil: En primer lugar, concéntrate en partes más pequeñas, y en segundo lugar, concéntrate en el panorama más amplio. Suena contradictorio, ¿no?, pero verás que no lo es.

Hay algunos temas importantes y algunas divisiones principales en el Apocalipsis. Si estudias cada una de esas divisiones una por una, no importa si no llegas a entender cada palabra del libro. Por lo menos te dará una imagen amplia en la cual puedes acomodar los detalles.

Ayuda a pensar en el Apocalipsis como una poesía o pieza de música, o incluso como un cuadro pintado. El exceso de análisis puede destruir fácilmente la sensación general que un artista está tratando de comunicar. A veces, una obra de arte sólo tiene que ser "experimentado" en lugar de ser analizado.

Puede ser razonable querer discutir la composición, la elección de los colores, y el tema de una pintura de paisaje, por ejemplo, pero puede ser inútil cuestionar lo que el artista estaba tratando de comunicar por medio de pintar una hoja del pasto color verde y otra cercana amarilla. Un artista con un talento increíble (como Dios mismo) podría en realidad tener un mensaje oculto en la hoja amarilla del pasto, pero aun sin una comprensión de tal detalle, uno debería ser capaz de apreciar todavía la obra en su conjunto. Lo mismo es cierto cuando se trata de apreciar el mensaje general del Apocalipsis.

El Apocalipsis se divide en 22 capítulos. Los tres primeros contienen breves cartas que Dios le mandó a Juan que escribiera a siete iglesias diferentes repartidos por Asia Menor. Los tres últimos capítulos describen cosas que sucederán después de que Jesucristo regrese a la tierra. Ambas secciones son inspiradoras e informativas, y bien vale la pena leerlas. Sin embargo, puedes hacer tu estudio objetivo más pequeño mediante dejar de lado a estos seis capítulos después de que los hayas leído por lo menos una vez.

Algunas personas sostienen que los tres primeros capítulos tienen mensajes proféticos secretos y ocultos en ellos, pero si es así, sería parecido a los significados secretos en las hojas del pasto en un cuadro. Sería mucho mejor empezar por centrarse en el material que es claramente profético, y tratar luego con las cosas más esotéricas si tienes el tiempo y la inclinación.

Los últimos tres capítulos del Apocalipsis tienen que ver con cosas que se llevarán a cabo en un futuro muy lejano. Se incluyen descripciones de la vida en el nuevo mundo que Cristo construirá para nosotros, que son muy inspiradoras. Pero también contienen otros detalles que necesitan un mayor esfuerzo para entender. Puesto que se supone que Cristo mismo estará aquí en el momento en que empiezan a cumplirse esas profecías, probablemente podemos esperar hasta que él nos ayude a entender todo lo que necesitamos saber cuando llegue el momento. Eso nos deja con los capítulos 4-19 del Apocalipsis. Ahora vamos a dividirlos en tres grandes divisiones.

Los capítulos 4-7 son una introducción dramática del tema general del Apocalipsis. Los capítulos 8-13 son acerca del tiempo de "gran tribulación", justo antes de que Jesús regrese. Y los capítulos 14 a 19 se ocupan del castigo que Dios da a toda la tierra después de haber sacado a su pueblo. Este momento de castigo llega a un punto de clímax con la famosa batalla de Armagedón, de cual tanta gente piensa cuando se habla del fin del mundo.

Antes de empezar a mirar a estas diversas divisiones de los capítulos, sin embargo, hay que recordar algo que la mayoría de la gente no quiere escuchar.

La frase inicial del Apocalipsis dice que es una revelación a los "siervos" de Dios. Piensa en ello. "Siervos" son personas que están trabajando para Dios... ahora mismo. No es una revelación para los que quieran leer el libro por curiosidad, y no es una revelación para las personas que quieren utilizarlo para demostrar que su iglesia es la mejor. Es cierto, todo el Apocalipsis está disponible para que cualquiera la pueda leer, y cualquiera puede ser sorprendido por una gran parte de lo que dice. Pero al final, no te va a gustar lo que dice a menos que estés dispuesto a convertirte en un "siervo de Dios", e incluso entonces vas a encontrar aspectos del Apocalipsis que no van a ser fáciles de aceptar.

Si hay algo que no le interesa al mundo actual, es ser "siervos" de Dios. Incluso las grandes denominaciones "cristianas" han evitado en gran parte la enseñanza de servir a Dios, porque es demasiado impopular. Se le enseña a la gente, en cambio, a servir a su familias, a servir a su país, a servir a su empleador, o a servir a su iglesia, pero no a verdaderamente servir a Dios. Se enfocan en desarrollar pensamientos positivos, llevarse bien con los demás, hacer arte y artesanías, clases de baile y otras formas de autoayuda, pero no hay serios intentos de descubrir lo que Dios quiere que hagamos, y mucho menos tratar de obedecerlo. Hasta que eso ocurra, el mensaje del Apocalipsis sólo les va a hacer enojar, o no ser entendido.


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