Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
(Mateo 7:13-14)

La mayoría de la gente piensa que hay "seguridad en números". La idea tradicional de un falso profeta es alguien en la margen loca, encargado de una secta pequeña de defensores religiosos. Pero Jesús vio al establecimiento religioso popular, respetable y poderoso como la tierra de crianza verdadera para los falsos profetas. La ortodoxia no es ninguna garantía de la validez en la doctrina (Lucas 6:26).

Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
(Mateo 7:15)

"El hombre mira a las apariencias, pero Dios mira al corazón." (1 Samuel 16:7) Fue fácil convencer a la gente que Jesús era un loco poseído por el diablo, motivado por los deseos malvados. (Juan 8:48, 10:20) Los profetas verdaderos tienden ser ásperos... ovejas con vestidos de lobos. Pero los profetas falsos son exactamente lo contrario. Todo les parece ir bien y etiquetan "del diablo" a cualquier cosa que amenaza sus posiciones privilegiadas. (Mateo 23:29-36; Juan 11:47-48). Sin embargo, realmente es el establecimiento que es del diablo (Santiago 4:4). Pablo dijo que los líderes diabólicos del establecimiento cristiano pretenderían tener la autoridad de los apóstoles tempranos (2 Corintios 11:13-15).

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
(Mateo 7:16)

¿Deseas la fruta dulce del amor o los ladrillos espinosos y el mortero del sistema religioso? Para los vigilantes del templo, Jesús es una amenaza (Marco 14:58, 15:29-30). ¡Y la amenaza es absolutamente verdadera! (Lucas 21:5-6; Mateo 27:50-51) Se ha expuesto la mentira: ¡Dios no vive en esos edificios! ¡No se puede ponerlo a Dios en una caja! (Hechos 7:48) ¡Él ahora vive dentro de la gente! (1 Corintios 3:16) Si deseas los edificios, ensambla una iglesia grande; si deseas el amor, síguelo a Cristo.

Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.
(Mateo 7:17-18)

El amor y sus calidades o cualidades acompañantes son la prueba del espíritu de Dios en nosotros (Gálatas 5:22-23). Compartir tu abundancia es prueba de tu amor (1 Juan 3:17-18). El amor no es un montón de experiencias emocionales, una sonrisa plástica, o charla de lujo; es acción (2 Juan 6-9).

Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego.
(Mateo 7:19)

El bautismo de agua, hablar en lenguas extrañas, asistir a la iglesia, y los clichés evangélicos no te salvarán. Juan Bautista rechazó a la gente religiosa que quiso ser bautizada sin prueba de su "arrepentimiento" (Lucas 3:7-11). Él dijo que si ellos no compartirían sus posesiones materiales, serían echados al "fuego". Cada vez que nos apartamos de las enseñanzas de Jesús, comenzamos a morir, y nos vamos yendo hacia el infierno (Juan 15:6-8; Lucas 13:6-10). Un día la verdad que dijo Jesús molerá al sistema religioso falso hasta que sea pulverizado, a menos que verdaderamente se arrepientan. (2 Pedro 2:1-3).

Así que, por sus frutos los conoceréis.
(Mateo 7:20)

Si Jesús es el camino, la verdad, y la vida, entonces cualquier persona que se opone a las enseñanzas de Cristo, está perdido, mintiendo, y muerto. Cualquiera puede decir "¡Señor, Señor!" pero solamente una persona que sinceramente cree a Jesús puede obedecerle. (Lucas 6:46).

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 7:21)

No eres nuestro "hermano" sólo porque dices "¡Señor, Señor!" o porque vayas a la misma iglesia que nosotros. No podemos defender la hipocresía en las iglesias para lograr la "unidad". Solo las enseñanzas de Jesús pueden ser la base de unidad entre los cristianos.

Una esposa toma el nombre de su marido cuando se casa. Si ella es fiel, tendrá parte en todo lo que reciba el marido de herencia de su padre. Pero si ella lo deja, ha tomado el nombre de su marido en vano, y cada vez que lo usa para demandar la herencia de su suegro, lo hará enojar más y más. El nombre de Jesús no pertenece a los "cristianos" desobedientes, y usarlo para justificarse o para demandar algún favor no lo impresionará a Dios jamás. De hecho, ¡sólo lo enfurecerá más!

Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad.
(Mateo 7:22-23)

Pablo advirtió que Satanás mismo parecerá realizar milagros para la ventaja de sus seguidores, y que lo haría dentro de la iglesia falsa un poco antes de que volviera Jesús (2 Tesalonicenses 2:3-4, 2 Tesalonicenses 2:8-11). La caris-manía, con su énfasis en la "profecía", los exorcismos, y milagros, es probablemente la cosa más grande que ha cambiado la iglesia este siglo, pero el movimiento también conduce a la falta de honradez y a la oposición a las enseñanzas de Jesús. El movimiento enseña que la salud y las riquezas materiales son muestras de la bendición de Dios (1 Timoteo 6:3-5), y anima a la gente a pretender que está curada cuando no lo está, supuestamente como prueba de su fe. Los milagros no prueban nada... incluso si son genuinos. Un mundo malvado desea milagros (Mateo 16:4), pero todo lo que ofrecemos es la verdad del juicio de Dios (Mateo 12:33-41).

Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
(Mateo 7:24-25)

Las tradiciones pueden cegar la gente a la Palabra de Dios (Mateo 15:7-9). Las enseñanzas de Jesús desafían muchas de las tradiciones de nuestro día. Hemos buscado "la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos" (Judas 1:3). Hemos cavado profundamente y encontramos en Cristo la roca eterna. La verdad nos da gran confianza. Las críticas rebotan de las enseñanzas de Jesús, como ondas de agua alrededor de una roca. No somos muy elegantes, sino que sabemos quién es el que es elegante, y si permanecemos cerca de Él, nada podrá sacudir nuestra fe. Los profetas falsos lo saben. Están comprometidos a sus propias posiciones y autoridad. No pueden admitir públicamente que oponen las enseñanzas de Cristo, así que tendrán que recurrir al ataque secreto, a las mentiras, y a los rumores. Pero nada altera la Roca sobre cual se está construyendo nuestra fe.

Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.
(Mateo 7:26-27)

La esposa de un misionero tuvo un sueño.  En él, la gente esperaba en cola para saltar a través de un anillo de fuego. Si estaba justificada por Dios, saltaría y saldría ileso, pero si no lo estaba, el fuego la consumaría. Mientras la cola era larga, ellos charlaban juntos muy contentos, seguros que sus experiencias de haber "nacido de nuevo” eran suficientes para protegerlos. Pero cada vez que se acercaba su turno, se pusieron un poco más nerviosos.  ¿Qué pasaría si no estaban listos? ¿Qué pasaría si una experiencia religiosa no era suficiente? ¿Qué pasaría si sus líderes religiosos habían echado algo por fuera de sus fórmulas de salvación?  Después de hablar sobre el sueño el misionero y su esposa decidieron que el riesgo era demasiado grande para confiar en las opiniones de los hombres sobre su salvación. Tenían que encontrar prueba de que Jesús mismo había enseñado que todo lo que se necesitaba hacer para tener la vida eterna era el decir una pequeña oración y pedirle a Jesús que entrara en el corazón. Mientras comenzaron a buscar en la Biblia, se sorprendieron por lo que encontraron. Se les había vendido un plan falso de salvación. Habían edificado sobre la arena.  Esos "nacidos de nuevo" que se jactan de que "saben que saben que saben que" están salvos, no supieron nada. Era todo una estafa. 

Un día estarás parado delante de Dios. Podrás quizás darle el argumento de que seguiste a tu pastor, que seguiste al papa, que seguiste a Pablo, pero Dios te preguntará,  "¿Seguiste a mi hijo?" Podrás quizás decirle que no pensaste que tenías que obedecer a Jesús, a la vez que creías que Él murió por tus pecados.  Pero Dios te preguntará "¿Estabas creyendo en mi hijo cuando no le hiciste caso en cualquier cosa que dijo? ¡Vete de mí, nunca te conocí!"

El que dice: Yo lo conozco a Cristo, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.
(1 Juan 2:4)
  
¿Qué estás haciendo con los mandamientos de Cristo?

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