La crítica casi nunca es fácil de aceptar y la mayoría de nosotros la acepta mucho menos de lo que deberíamos.

La crítica más fácil de aceptar es la enseñanza impersonal y objetiva de un tema sobre el que tenemos mucha motivación por aprender.  La crítica más difícil de aceptar es en cuanto a lo moral.  Es mucho más fácil decirle a un estudiante de medicina que se ha confundido en cuanto al significado de la palabra "andrógino" que decirle a una persona religiosa que ella es perezosa o egoísta.

Algunas personas se enfocan en las diferencias entre la crítica constructiva y la destructiva.  Pero casi todas las críticas parecen ser destructivas cuando las oyes.  Si usamos la excusa de que la crítica es destructiva, nunca aprenderemos nada.  La verdad es que no es el que critica el que determina si la crítica será constructiva, sino el que recibe la recibe!

Las defensas tales como "Solo Dios conoce mi corazón" y "¿Quién eres para juzgarme a mí?", solo privan a los que las usan del crecimiento espiritual que podrían lograr si escucharan con honestidad lo que se está diciendo.

Algunas de las personas más respetadas y más poderosas en el mundo nunca han dejado de escuchar críticas.  Los presidentes y primer ministros siempre están rodeados de consejeros.  Los cirujanos, generales y ejecutivos de empresas también escuchan a consejeros para mejorar sus habilidades.  Pero cuando se trata de la ética, hay muy pocos con el deseo de aprender y mejorar.  La mayoría preferiría escapar a la crítica por completo por medio de guardar su justicia propia.

Es fácil pensar que la religión es un lugar donde la gente va a crecer espiritualmente.  Pero a menudo lo opuesto es la verdad.  La religión ofrece un refugio del crecimiento moral por medio de proveer una fórmula para la justicia propia.  Cada denominación nueva necesita encontrar una sola verdad (o verdad supuesta) que las demás no han encontrado para sentirse mejor que las demás y dejar de crecer espiritualmente ella misma.

Dentro del templo es fácil para los pastores y sus congregaciones escapar de la crítica de afuera.  Pero esto muestra una falta de fe en un Dios más grande que su propia organización.  Podemos enfocarnos exclusivamente en las diferencias entre nosotros y la oposición; o podemos trabajar en la montaña de crecimiento todavía disponible mientras buscamos aprender las nuevas lecciones de Dios.

Si eliges aprender de Dios, puedes asegurarte que Él usará aun a tu peor crítico para enseñarte.



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