El Mensaje

El Mensaje - Las Palabras Radicales de Jesús


175. Te darás cuenta de quién es un verdadero seguidor mío y quién es falso por los frutos en su vida.

176. ¿Recoges uvas de los espinos o higos de entre las zarzas? No. El árbol es conocido por su fruto. De la misma manera, todo árbol bueno produce fruto bueno y todo árbol malo produce solamente fruto malo. Un árbol bueno no puede producir fruto malo; tampoco un árbol malo produce fruto bueno.

177. Yo soy el verdadero árbol bueno y mi Padre es el que lo cuida. Toda rama que en mí no produce fruto, mi Padre la quitará; y toda rama que produce fruto, la podará para que sea más fructífera.

178. Permanezcan ustedes en mí y yo en ustedes. Así como la rama no puede producir fruto por sí misma si está fuera del árbol, tampoco ustedes podrán producir buenos frutos si no permanecen conmigo. Yo soy el árbol y ustedes son las ramas; así que, si permaneces en mí, producirás mucho fruto. Pero separado de mí no podrás hacer nada.

179. El que no permanece en mí será cortado del árbol y se secará. Ya sabes que las ramas secas se recogen y se echan al fuego y arden.

180. Les digo la verdad, todo árbol que mi Padre Celestial no haya plantado será arrancado desde la raíz. Y les advierto que cualquier árbol que produce malos frutos será cortado y usado como leña para el fuego.

181. Así que, presten atención a los frutos en la vida de cada persona porque por medio de ellos ustedes serán capaces de distinguir entre quién me sigue y quién no.

182. Ustedes no me eligieron, sino que yo los elegí a ustedes para que vayan y produzcan frutos. Quiero que sus frutos sean duraderos para que cualquier cosa que pidan a Dios en mi nombre, les sea concedido.

183. Un hombre plantó una higuera en su viñedo. Por tres años esperó que esta diera fruto, pero no dio ninguno. Finalmente, dijo al viñador encargado de la higuera: «Por tres años he venido, cada año esperando ver fruto en esta higuera, pero aún no ha dado fruto. ¿Por qué he de mantenerla ocupando espacio en mis tierras? Córtala y tírala abajo». Pero el viñador le respondió: «Déjala un año más; voy a cavar alrededor de ella y abonarla. Si luego da fruto, bien; y si no, entonces harás bien en cortarla y echarla abajo».

184. Ustedes son la sal que conserva y nutre la tierra. Pero si la sal llega a perder su sabor, ¿cómo podrá volver a ser salada? No sirve para nada, sino solamente para ser tirada y pisoteada. Es más, ¡no sirve ni para el estiércol!

185. Cuando sus vidas producen fruto, mi Padre es glorificado y ustedes son mis verdaderos discípulos. Porque una persona buena produce el bien de lo bueno que atesora adentro, mientras que una persona perversa de la maldad que lleva en su corazón produce una vida malvada. Entonces, sean un árbol bueno con buenos frutos o sean un árbol malo con malos frutos. Porque el árbol se conocerá por su fruto.

186. Un agricultor fue a su campo a sembrar. Mientras sembró, algunas de las semillas cayeron a la orilla del camino y las aves descendieron y se las comieron.

187. Algunas semillas cayeron en lugares pedregosos, donde no había mucha tierra. Brotaron rápidamente en la tierra de poca profundidad, pero careciendo de raíz, fueron quemadas por el sol y se marchitaron.

188. Algunas de las semillas cayeron entre espinos y los espinos crecieron y las ahogaron y no dieron fruto. Pero algunas de las semillas cayeron en buena tierra y rindieron una buena cosecha. Algunas se multiplicaron ciento por ciento, otras a sesenta y algunas a treinta. ¡Presten atención!

189. Este es el significado de la parábola: la semilla representa el mensaje divino, y el agricultor es el que siembra la palabra.

190. Cuando uno escucha mi mensaje sobre el Reino Celestial y no lo entiende, el diablo viene y roba la semilla que fue sembrada en el corazón, para que no crea y sea salvo. Esto es representado por la semilla que cayó sobre la orilla del camino.

191. La semilla que fue esparcida en tierra pedregosa representa a la persona que oye el mensaje y lo acepta con entusiasmo, pero no está arraigada por una convicción interna. La experiencia dura por un tiempo; pero cuando se presentan dificultades, rechazo o persecución debido a su decisión de practicar el mensaje, tropieza y se aparta.

192. La semilla que fue sembrada entre los espinos representa a la persona que escucha mis enseñanzas pero es ahogada por los quehaceres y placeres de este mundo, el engaño de las riquezas y el deseo de acumular más cosas. Como resultado, su vida no produce el fruto que Dios busca.

193. La semilla que cayó en tierra buena representa a las personas que son sinceras y escuchan mis enseñanzas, entienden su mensaje y perseveran en ponerlo en práctica. Sus vidas rendirán una cosecha abundante: unos treinta, sesenta o cien veces más que aquello que se plantó.

Referencias:
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